Culturas Valdivia, Machalilla y Engoroy (Chorrera) del periodo Formativo (4200 a. C. – 500 a. C.),
Huangala y Jambelí del periodo Desarrollo Regional (500 a. C. – 500) y Manteño-Huancavilca del
periodo de Integración (500 – 1530), donde se destacan estatuillas antropomorfas y zoomorfas,
vasijas ceremoniales y utilitarias, botellas silbato, hachas de piedra, collares con cuentas de
Spondylus, pitos y ocarinas y una diversidad de sellos tanto cilíndricos como planos.
La sala Naval exhibe una maqueta de una balsa Manteña-Huancavilca, reproducida de
acuerdo a la descripción de Sámano de 1526. Los Huancavilcas llevaban en sus grandes balsas
vasijas de color negra, manos y metates de piedra para la molienda de granos; pesos esféricos
de piedra para las redes y ojivales para los buzos los cuales sirvieron también para golpear y
desprender las conchas Spondylus adheridas a las rocas; objetos de cobre como hachas con
mango y hachas monedas y, de concha Spondylus, cuentas de formas circulares y rectangulares las
que eran comercializadas junto con el material de cobre, en México y Perú, son las evidencias de
los últimos mil años de navegación en nuestro país. Una maqueta que reproduce el galeón Jesús
María de la Limpia Concepción más conocido como “La Capitana”, nos traslada a la época de la
Colonia y en las vitrinas se exhibe lo rescatado en dicho galeón que encalló en 1654 en las costas
de Chanduy. Monedas de 1, 2, 4, y 8 reales llamadas macuquinas o machacadas fueron hechas
en plata y trasladadas en las embarcaciones hasta Panamá y de allí al Caribe para ser llevadas
a Europa; Fragmentos de cubiertos y platos de plata y de cerámica conocida como mayólica,
barras de estaño, de plata, balas de cañón tanto de bronce como de hierro y las de plomo para
los mosquetes. Una cruz de oro con inscripciones en latín, un arete con perla, bases de mechero y
candelabro de plata, una hebilla, pendientes de metal y de agate corresponden al material de uso
personal usado por los pasajeros que viajaban en esta nave y que encalló frente a las costas del
poblado El Real.
Ubicado en las calles Malecón y Guayaquil, es conocido como “El museo de la Gran
Península”